CAPÍTULO 5. Ciencia y campo.
Tras superar los problemas técnicos, volvemos al tajo.
Una tónica general de la ciudad son los árboles, los hay por todos lados, el retraso por problemas técnicos no me permitió poner ayer las fotos del parque que tenemos cerca de casa, con un paseo al lado del acantilado (=Cliff. lo que supone Acantilado Richard), que está muy bien (mejor si hablas japonés). Damos así, por zanjada la parte del campo, más fotos aquí.
Dentro de unos días prometo un detallado informe visual de todas las prohibiciones que se gastan por aquí; miento, de unas cuantas, todas es imposible. Sólo las señales que han dedicado al aparcamiento.... En mi opinión son exagerados. Pero es que son así, mirad lo que ponen en los paquetes de tabaco.
Vamos ahora con la parte importante, la parte científica. Supongo que, alguna vez, habréis escuchado hablar del efecto coriolis; se trataría de que en el hemisferio norte, los remolinos que se forman cuando quitamos el tapón de la pileta (por ejemplo), lo hacen en un sentido (creo que el contrario al de las agujas del reloj), y en el hemisferio sur en el sentido contrario. He leído opiniones en los dos sentidos, yo lo único que puedo asegurar es que, en casa, los remolinos giran de izquierda a derecha.
En la sección de sociedad, comentar que ayer, en un bar español(?) conocimos a un trabajador español que está siendo explotado en la España de nuestros días: Luis Donado. Es el encargado de realizar una sección de viajes del Tiramillas del Marca. Lleva 4 meses por el mundo y le queda hasta junio...y cobra por ello.
Una verdad científica es que Angus no sale de casa.