CAPÍTULO 14 Paella y Barbacoa. McGiver y McSouza
Capítulo patrocinado por Karma Viajes. Nadie me había "traído" a Australia tan bien.
El canguro es un animal con mucha personalidad. Nosotros, los australianos, lo sabemos. Si ves por segunda vez a uno de ellos, saltando, comiendo, entre las dunas más cercanas a la foresta y el canguro no está de quiero para sacarle una foto, no se
La caminata hasta la cabaña se componía de dos fases marcadas por el tipo de terreno: diez minutos por la arena (blanda) de la playa, y otros diez por un sendero (blando) con cuesta pronunciada al principio. Nosotros, los australianos acostumbrados a cargar con la tabla de surf, apenas nos cansamos…como llovía tenuemente, el agua que caía sobre nosotros disimulaba, escasamente, el sudor que empapaba nuestras camisetas. Pero el objetivo era llevar la paellera para cuarenta, el quemador de la paellera para cuarenta, la bombona para el quemador de la paellera para cuarenta….la carne, el arroz….Y qué bien salió
A pesar de la prohibición de hacer hogueras, la primera noche teníamos entre nuestras filas a un lugareño, McGiver; eso facilitó las cosas porque si bien la lluvia fue poca, fue constante y las maderas estaban húmedas. Dos pastillas de chocolate blando, un palillo usado y una cerilla sin fósforo más tarde McGiver hizo un pedazo de fuego que quitaba el sentío. O lo quitaron las cervezas de la tarde, las copas de vino en la cena, el ron-cola con limón natural…Fue una noche de abrazos. Alicia, estarías orgullosa de mi.
El día 25 fue ya un día más típicamente navideño para nosotros los australianos: baño cargado de miedo por las resacas (las nuestras y las del mar), varias capas de crema solar, partidita de palas, malabares varios con el balón, partido de fútbol en la playa contra unos niños kurdos (fue necesario emplear las cargas legales para compensar la rapidez innata de los niños -en plena forma- kurdos), en fin, que os voy a contar que no sepamos nosotros los australianos.
Al anochecer bajamos a buscar canguros…con un éxito desigual: unos pocos no vieron ninguno, algunos vieron dos, casi todos vimos uno. Nosotros los australianos tenemos un dicho: vale, hemos visto un canguro pero es la hora de cenar y nos gustan las barbacoas!!!!! Dicho y hecho, otra vez a comer, teníamos maravillosos cocineros, a beber, que buenos abridores de botellas, la paellera para cuarenta con todos los complementos, una hoguera para después de la cena….coño, se había ido McGiver; no problemo, tenemos a McSouza, de experto en forestas australianas a experto en selvas amazónicas. O Luciano encargouse do fire.
Garie beach, en el Royal National Park. Una Navidad diferente. Diferente pero igual, porque si es difícil ver un canguro en libertad, más lo es ver a Angus. El video resumen es el video de Rafa Villegas, un periodista venido a fianciero (contra su voluntad, claro está). Para su aventura australiana tiene otro blog que recomiendo: Oceanía Directo, y que durará más que este.